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¿Qué promueve al Estado?  

  ¿Moralidad o Inmoralidad?

¿Quienes son los idearios de las campañas del Estado para la PREVENCIÓN DEL SIDA?

Miles de personas de nuestros países están infectados por el virus del SIDA, el enemigo de la humanidad, un enemigo solapado que mide un décimo de milésima de milímetro, infinitamente pequeño pero infame, el motivo de preocupación de las sociedades modernas.
Desde 1981 y en el breve lapso de siete años salió del Anonimato para amenazar al mundo con una tragedia social sin precedentes.
Un virus que destruye el sistema inmunológico del cuerpo y lo deja expuesto a todo tipo de infecciones y enfermedades.
Una enfermedad que una vez contraída no tiene remedios y que se destaca por tener un índice de mortalidad del ciento por ciento cuando se presentan los síntomas graves.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que puede haber en el mundo 20 o 30 millones de personas infectadas, se sabe además que el período de incubación es de hasta 10 años o más, lo que daría un alto porcentaje de personas sin los síntomas, lo que se ha dado en llamar los portadores del virus.
Los investigadores del mundo han determinado que para que se produzca el contagio es necesario que exista contacto sexual íntimo con una persona infectada con intercambio de líquidos corporales que permitan la entrada del virus en el torrente sanguíneo, siendo personas de alto riesgo, los que llevan una vida promiscua especialmente que tengan o hayan tenido enfermedades venéreas o lesiones en los órganos sexuales que abran la puerta al virus en el torrente sanguíneo, los drogadictos que se administran sustancias en forma intravenosa, compartiendo agujas y jeringas mal esterilizadas, personas que reciben transfusiones de sangre o componentes sanguíneos no certificados. En resumen, el SIDA es una enfermedad transmisible por la vía sexual y no solo una enfermedad de los homosexuales, personas que no guardan castidad antes del matrimonio o que son infieles a su cónyuge, pueden pescar el virus y transmitirlo a otro.
Con esta introducción, he querido presentar al ENEMIGO PUBLICO Nº1 de la humanidad de este siglo, que puede desplazarse en pocas horas a través de continentes y mares, cruzar fronteras y surcar los cielos dentro de los cuerpos de los portadores, siendo la preocupación de los gobiernos del mundo. Dijo el profesor JOHN SEALE miembro de la "Rayal Society of Medicine"; "Esta pandemia general tiene el poder de diezmar a toda la humanidad en pocas décadas."
Cuando me propuse hacer este artículo, me tomé el trabajo de observar las diferentes Campanas Gubernamentales del Mundo, algunas muy buenas, con amplia información, otras groseras chabacanas, con cierto dibujo animado que emula el acto sexual, siendo el principal protagonista un órgano masculino.
Nuestro país también hizo lo suyo, claro que algunas de esas campañas quedaron solamente en un buen intento, o en un vano intento, de contrarrestar esta plaga social, pasando por un desmedido afán del uso del preservativo. Afiches, tandas, reclames, instando a ser portador de un preservativo, o en algunos casos obsequiar masivamente en escuelas, institutos o lugares públicos miles de estos adminículos de látex.
Muchos se preguntarán: ¿Qué se pretende? ¿Quiénes están a cargo de la programación de las campañas del Estado? ¿Quiénes san los ideatorios? ¿Qué clase de organismos o entidades o profesionales fueron convocados?
Y surgen estas preguntas, porque la falta de profundidad de seriedad y ausencia total de información, denota una vez más la tan mentada improvisación que nos caracteriza.
Si va a salir abríguesereza uno de los reclames, pero nadie nos dice por ejemplo, que los preservativos, como tantísimo otras productos adolecen de control de calidad y que se ha comprobado que solamente que en un 30% o 40% ofrecen seguridad, porque el poro del látex deja pasar el virus milésimamente pequeño, ya que han sido diseñados para retener el líquido seminal. ¡Pero nadie lo dice!
Qué si le dijéramos al droga-dependiente: "Sí se va a inyectar, por favor lleve consigo una aguja esterilizada y descartable"..., sería como decirle al ladrón: "Si usted va a robar, por favor no deje huellas.
La Campaña del Estado en prevención del SIDA nos suena a muchos más o menos así (aunque no se diga directamente)... "Si usted es promiscuo, inmoral o amoral, tenga sus relaciones sin peligro USE PRESERVATIVOS"
Y en la otra cara de la moneda, "Dróguese, pero con agujas esterilizadas." ¡Por favor! Qué, acaso no les dijeron a los inspiradores o creadores de estas campañas que la ciencia médica y los mejores investigadores del mundo coinciden en afirmar que:
"La mejor defensa contra esta enfermedad es la castidad antes del matrimonio y la fidelidad dentro de él, y no drogarse".
Esto es lo que la fe cris­tiana enseña y proclama desde nace siglos.
En vez de mostrar un preservativo en la pantalla chica, en cualquier horario, donde hay niños que piden explicaciones de algo que todavía por su infancia no podrán asimilar en forma adecuada, y donde los padres tendrán que dar innecesarias explicaciones, porque no se TOMA AL TORO POR LAS ASTAS, llegando y atacando la raíz del problema, con información pero especialmente con
FORMACIÓN, MORAL, FAMILIAR, SOCIAL...
Qué hacemos con una cantidad de datos si no tenemos esos valores que siempre han distinguido al hombre de las bestias.
Rescatemos la familia, la relación estable, duradera, las buenas costumbres, el sexo como DON DE DIOS y no como aberración del infierno, degradado, ABARATADO y contaminado.
Por eso se hace necesario, desde el Estado, implementar aquellas medidas que prevengan realmente al SIDA y a otros males similares y esto no se logrará mostrando o regalando un preservativo. De eso estoy TOTALMENTE CONVENCIDO.
Dios le bendiga...

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